Principios Académicos
Nuestra misión como maestros es difundir un mensaje de confianza, seguridad, superación y éxito a los individuos que están en la búsqueda de la verdad de la vida, de la forma mas pura y honesta, apegándonos estrictamente a las normas y procedimientos del Método y a los lineamientos y principios éticos que el Instituto tiene previsto para su difusión.
Ser maestros del Método Aplicación Mental, nos compromete a ser congruentes con nuestro pensar, sentir, decir y hacer, nos obliga a ser además de maestros de un Método establecido, a ser maestros de ética y enseñar valores, con nuestro ejemplo y trato hacia nuestros alumnos, donde invariablemente debemos ser pacientes, amorosos y congruentes en cada una de nuestras palabras, actos y clases.
Debemos recordar que a un alumno nunca se le confronta, no se le pone en evidencia, ni se le ofende, pues una mente resentida es una mente cerrada a aprender.
Nuestra misión es de servicio a los demás, pues quien vive para servir, sirve para vivir.
Existe la inmensa alegría de vivir y de ser justos, pero ante todo existe la inmensa alegría de servir.
Como todos aprendimos en nuestra formación en el Método, para lograr el éxito en la vida y sobre todo como maestros, debemos tener en cuenta dos cosas: El gusto de hacer y la importancia de los demás.
El gusto de hacer…debería ser nuestra filosofía de la vida, debemos disfrutar lo que hacemos, en nuestro caso: dar clases, amar y respetar a nuestros alumnos, porque realmente lo que se hace… es para disfrutarlo.
También debemos recordar la importancia de los demás….y nunca olvidar que nosotros somos los demás de los demás.
La gente es sumamente importante en nuestra vida, pues es a través de la gente que nos llega todo y todo lo nuestro va dirigido a la gente, el secreto del éxito es llevarse bien con los demás, porque: no podrás hacer algo sin ellos.
La gente es nuestro proveedor, nuestro cliente, nuestro jefe, nuestro subordinado, nuestro padre, nuestro hijo, nuestro alumno, la gente es todo para nosotros. Y la gente es, como en todo, tan maravillosa o tan odiosa, como la queramos ver.Y para amar a los demás y sobre todo a nuestros alumnos, es indispensable amarnos a nosotros mismos primero, por reconocernos buenos y perfectos. Y así reconocer buenos y perfectos a nuestros alumnos. Amar a los demás y a nosotros mismos sigue siendo el “ábrete sésamo”
Mas se logra con una gota de miel que con un barril de hiel, con amor podemos lograr todo.
Para lograr el éxito como maestros y en nuestra vida en general, debemos sencillamente pensar, sentir, entender y aplicar la verdad de la vida