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La paciencia no es pasividad, falta de acción o simplemente aguantarse, no… eso no es paciencia. También se dice que la paciencia es la capacidad de soportar un situación complicada sin perder la calma o alterarse.

Lo que es un hecho es que la paciencia es una de nuestras facultades mas valiosas y que muchas veces es la menos desarrollada, la paciencia es tener absoluta confianza en el bien, es actuar con calma, armonía, tranquilidad, equilibrio, tolerancia y comprensión.

Es saber esperar con calma a que se den las cosas, es tener certeza de que la ley de causa y efecto se ejecuta siempre, y si yo se qué sembré puedo tomarme las cosas con tranquilidad y esperar los resultados de mi siembra sin alterarme ni desesperarme, es poder mantener el equilibrio interior a pesar de lo que suceda afuera, es esa fuerza para decidir si reacciono o actuó ante una situación, es un rasgo de la personalidad madura, es desarrollar esa sensibilidad que nos permite identificar los problemas del día a día es saber plantearlos, buscar una solución, y sobre todo centrarnos en la cosas importante de la vida, es afrontar la vida de manera optimista, tranquila y siempre en busca de la armonía.

La paciencia te ayuda a que cualquier problema sea más manejable, dure menos y sobre todo tenga menos consecuencias negativas.

La paciencia es el extremo opuesto a la impulsividad, se requiere un grado de equilibrio emocional para detener los impulsos primarios y tomar decisiones asertivas.


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